Roger Federer: ¿el adiós definitivo?
Han pasado 20 años desde Parque jurásico salió. No. Han pasado 14 años desde La matriz fue lanzado. No, todavía no lo siento. El señor de los anillos: el regreso del rey , la última entrega de la mayor serie de películas jamás creada por la mano del hombre (y la mujer), celebrará su décimo aniversario en un par de meses. Me siento un poco mayor, pero lo vi el día que tomé mi último examen de la junta de la clase 10.
Roger Federer es mortal.
¡Dios mío, estoy envejeciendo!
cuantos juegos hay en un set en tenis
Nada te recuerda tu propia mortalidad y la inminente marcha a la tumba como ver un ícono de la infancia desvanecerse en la insignificancia. De niños, no nos mancha el cinismo y la desconfianza que son una parte tan integral de la mirada adulta hacia el mundo. Todavía creemos en valores como el honor, la dignidad, el juego limpio y el espíritu deportivo. Los niños están dispuestos a suspender la incredulidad lo suficiente como para pensar que ciertos individuos son la encarnación misma de las cosas que anhelamos ser; admiramos su genio, su tenacidad, su espíritu. Nos deleitamos con sus logros como si fueran obra nuestra y creemos firmemente que estas personas no son meros seres humanos, sino encarnaciones de personas celestiales que nos han considerado dignos de presenciar sus hazañas brillantes.
Los héroes son la creación de niños y niñas, no de hombres y mujeres. Es por eso que nuestros padres siempre mantendrán que un Sunil Gavaskar o un Kapil Dev es mucho mejor que los Sachins y Dravids que adoramos con tanto fervor; al igual que sus padres antes que ellos sostenían que Vijay Merchant y Mulvantrai 'Vinoo' Mankad eran los mejores. Para nosotros, los héroes de nuestra infancia fueron los mejores héroes. Cada vez que los vemos jugar, nos transportamos a una era en la que el mundo todavía estaba lleno de posibilidades y maravillas, cuando cosas como los pagos de EMI eran un problema de papá, no nuestro. Y es por eso que duele tanto verlos fallar, como inevitablemente lo harán.
los mejores tenis
Entre su primera victoria en un Grand Slam en Wimbledon en 2003, hasta su último título de Slam, nuevamente en el All England Club en 2012, Roger Federer llegó a las semifinales en 32 de los 37 Grand Slams en los que participó. Llegó a la final en 24 y ganó 17 de ellos. Hubo un período de cinco años desde la temporada 2005 hasta la temporada 2009, cuando Fedex cumplió como, bueno, FedEx. Llegó a la semifinal de cada uno de los 20 torneos de Grand Slam celebrados en esos años, llegó a la final en 17 de ellos y ganó 11. Era intocable, era Superman.
Como el hijo de Krypton, él también tenía su debilidad. Clay era la kriptonita de Federer, y Rafael Nadal, responsable de cinco de las seis derrotas finales de Grand Slam que sufrió Federer en esos días felices, fue su Lex Luthor. Pero seguía siendo, por aclamación universal, el mejor tenista del mundo, tal vez incluso de todos los tiempos, e indudablemente el atleta más dominante en todos los deportes.